“Todos poseemos algo de verdad. Dialogar es reunirse para
poner en común nuestras verdades parciales. Se llega a la verdad por
acercamientos progresivos:
1. Aceptarás que tú sólo no posees la verdad; que todos
sepan algo de ella y que hay que acercarse a la verdad del otro.
2. Comprenderás que más que convencer al otro de tu verdad
deberás convencerlo de que le escuchas, le comprendes, le aceptas, le estimas y
de que crees posee la verdad.
3. Expondrás tus ideas con claridad.
4. Huirás de toda forma de violencia en el diálogo: sarcasmo
e ironía, intentar imponer, condenar. La violencia no convierte lo falso en
verdadero, ni crea verdad, antes bien la oscurece en el diálogo, obstaculizando
la comprensión y la aceptación de la verdad.
5. Confiarás en la parte de la verdad que crees poseer y en
la capacidad del otro para captarla y aceptarla.
6. Recordarás que en el diálogo no debe haber nunca ni
vencedores ni vencidos.
7. Aceptarás que tus opiniones pueden cambiar, como de hecho
han cambiado muchas veces y en muchos campos.
8. Tendrás presente que el valor de tus opiniones depende
del valor de los hechos y razones que las apoyan y que tiendes a atribuirles un
adicional peso emotivo.
9. Sabrás que acercarse a la verdad conlleva riesgos,
implica el poder cambiar y esto no siempre es fácil, pues vivimos refugiados en
hábitos, ideologías, prejuicios, etc
.
10. Recordarás que el diálogo no es pasividad o resignación.
El diálogo permite y exige hacer valer tus opiniones, si es que realmente
valen, pero sin recurrir a la falacia, a la marrullería, a la mentira o
engaño”.
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